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18 de julio de 1936. Salamanca, Castilla y León (centro a España). El ejército español declara el estado de guerra en la ciudad, con la esperanza de extenderlo al resto de España y mejorar la inestable situación del país tras la proclamación de la Segunda República hace cinco años.
Un envejecido Miguel de Unamuno, no sólo escritor y docente académico sino uno de los intelectuales más reconocidos de España, decepcionado con la República que públicamente ayudó a crear, apoya la nueva revuelta con la esperanza de limpiar el país de los elementos indeseables de la desesperación. de sus allegados el maestro Salvador y el cura Atilano, creando demasiados problemas en su casa donde vive Miguel con sus hijas María y Felisa, su criada Aurelia y su nieto Miguelín. Al mismo tiempo que el alcalde de Salamanca Casto Prieto es detenido sin causa aparente y su mujer Ana pide ayuda a Miguel de Unamuno, el Estado Mayor Conjunto se reúne para decidir la estrategia para tomar el poder, donde los despiadados tuertos, mancos y El general cojo Astray-Millán, mano derecha del general Franco, propone elegir al propio Franco como líder a pesar de la oposición del general Cabanellas, que teme que Franco mate a la República que ama para cambiarla por una dictadura.
Cuando Atilano es extrañado repentinamente, su esposa Enriqueta informa a Miguel de Unamuno sobre su arresto mientras Salvador intenta alertarlo sobre las verdaderas intenciones de la revolución militar: convertir a España en un estado fascista.
Reacio a creerlo, cuando más tarde Salvador es arrestado frente a él, un avergonzado y triste Miguel de Unamuno cuestionándose a sí mismo y su postura sobre la revolución pide entrevistarse con Franco, nombrado Jefe del Estado Mayor del Ejército español con plenos poderes políticos y militares tras la batalla del Alcázar de Toledo, por hacer un encargo especial, siendo testigo de primera mano de los hechos que cambiarán España para siempre.
